Método infalible
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A veces me siento
avasallada por la presión social y por los mitos que abundan con respecto a los
vínculos. “Es tu mamá, no podés odiarla”, “Es tu papá, ¿qué más le podés pedir?
Es lo que él vivió”. Hay personas a las que justificamos por sus vivencias, hay
otras a las que les exigimos mucho más. En tal caso, cada un@ tiene su historia,
y si fuera por eso, nadie debería ser juzgado.
La manipulación es
algo que conocí gracias a mi mamá. No me parece una linda palabra, sin embargo
me la presentó una de las personas que más amo en el mundo. Esta paradoja me
hace dudar acerca de si lo que está mal es la manipulación o idealizar las
relaciones.
Una noche, hace unos
años, mi mamá se descompuso. Mi papá se había ido a pescar y yo me estaba por
ir a bailar para festejar el cumpleaños de una compañera de la facultad. Me
asusté. Mi mamá, temblaba pero me decía: “Andá, andá que voy a estar bien”.
Estaba muy entusiasmada con ir esa noche, hacía mucho que no salía porque había
estado rindiendo parciales. Pero le hice un té, pusimos una película y me quedé
en casa. No me molestó haber elegido quedarme, pero (como siempre que no voy) esa
noche pasaron algunas cosas “trascendentales” que hicieron que me lamentara de
lo sucedido. Sin embargo, nada podía competir con la culpa que habría sentido de
haberme ido dejando a mi mamá en ese estado.
Pasaban las semanas y
este episodio se repetía. Una noche muy esperada por mí, en la que mi papá no
estaba y mi hermana jugaba en su mundo, a mi mamá le agarraba fiebre o dolor de
estómago. Y aunque me decía: “¡Andá a disfrutar! Yo voy a estar bien”, yo me
quedaba, una, dos, tres, cuatro y hasta cinco veces. Le sugería que fuera al
médico, que algo no estaba bien, pero ella no accedía.
Comencé a percibir
que cuando estaba mi papá ella nunca se enfermaba. En realidad, me lo hizo ver Gladys,
como tantas otras cosas. Ese era el infalible mecanismo de mi mamá para
retenerme y pedirme atención. Hay días en los que me iba igual a alguna
reunión, pero me quedaba preocupada, con una sensación de puñal en la garganta,
pensando si se sentiría bien. La manipulación puede tener varios colores, y el
más oscuro es el de la salud o, mejor dicho, la enfermedad.
En el primer año de la
facultad, me hice amiga de Ailén. Frecuentaba su casa, tanto para estudiar como
para salir (esas noches en las que mi mamá no me hacía escenas). Así pude ver cómo
se comportaba con su novio y lo manipulaba, un juego perverso que caracterizaba
su vínculo. Una de esas noches íbamos a
quedarnos en su casa. Ailén llamó a Julián, su novio, y él le dijo que iba a
salir con sus amigos. Entonces ella armó su estrategia: le inventó una pelea
con su papá y su hermano de la cual había sido víctima y así logró que él no
saliera a bailar. Una hora después, Julián estaba en su casa tocando el timbre.
Algo de esa historia resonaba en mí. Le pregunté por qué no permitía que saliera
y viviera su vida. Me contestó que si ella no lo hacía, él tampoco debía. No
estaba en condiciones de contradecirla porque ni siquiera podía ponerle un límite
a ese tipo de conductas en mi propia historia. Unos meses después, fingió un
embarazo al cual se le cayó la careta en unas pocas semanas. Hoy veo que ese
comportamiento de Ailén me estaba reflejando algo de mí.
El lugar de víctima
es algo que resulta atractivo. Es la puerta por la que tod@s entran pero muy
poc@s salen. Tiene muchos beneficios, pero no duran para siempre. Es un
mecanismo que utilizamos las personas cuando no nos creemos capaces de merecer
lo que estamos reclamando. Habría sido menos tóxico que mi mamá me dijera: “Hija,
¿querés que pasemos un día juntas? Tengo el deseo de pasar más tiempo con mi
familia”. O compartiendo más tiempo con mi papá, manifestándole sus necesidades
para que él pudiera cumplir con la cuota de atención que ella requería. O teniendo
su grupo de amigas para salir cuando se sintiera sola.
A mí me pasa que exijo
a los demás reacciones que yo misma no sé cómo generar, pero que creo necesarias
para poder construir un vínculo sano. No sé cómo se construye la libertad en el
marco de una sociedad donde las personas no son verdaderamente libres. Sé que hay
que empezar por cada cual, pero tengo una duda: ¿Cómo se empieza? Tal vez empezando
por tratar de entender qué es la libertad.
Espero descubrirme
cada día un poco más lejos de todo esto.
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